En los expedientes desclasificados de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), se documentó en varias páginas aspectos personales del narco Rafael Caro Quintero.
El archivo guarda datos de la relación sentimental que vivió el fundador del Cártel de Guadalajara con una adolescente de 17 años integrante de una familia prominente de la llamada ‘Perla de Occidente’.
Los informes contenidos refieren que cuando los agentes detuvieron al capo en una mansión de Alajuela, Costa Rica, se encontraban cinco personas, entre ellas una menor de edad mexicana.
El resto de los detenidos con Caro Quintero fueron José Albino Bazán, Violenta Estrada, Miguel Ángel Suárez, José Luis Beltrán y Juan Carlos Camperos.
La información de la agencia mexicana se obtuvo de una nota de la época publicada al día siguiente por el periódico “The News”.
Sin embargo, Guillermo Cosío Vidaurri, ex gobernador de Jalisco, señaló que su sobrina Sara fue secuestrada de su propia casa en Guadalajara y Caro Quintero la obligó a mantenerse juntos en su escape para evitar ser detenido por el homicidio del agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena.
Pero la versión de la privación ilegal de la adolescente tapatía se desvaneció con los años, la ex agencia de Inteligencia mexicana presentó otros datos donde se demostró que la joven acompañó por voluntad propia al jefe del cártel.
Rafael Caro Quintero rodeó con lujos a Sara Cosío
Al darse a conocer la captura del ‘Narco de narcos’, medios como “La Nación” informaron que al momento de la detención estaban en la cama sin ropa el acusado y su novia adolescente.
Además, se recopilaron declaraciones de vecinos donde expresaron que tanto la joven como Caro Quintero vivieron como auténticos millonarios.
La agencia también documentó que el capo gastó miles de dólares en fiestas y alquilaron las discotecas más exclusivas de la zona.
El narcotraficante aprovechó su estancia en el país para comprar cuatro propiedades valuadas en USD 1.9 millones en San José de la Montaña, Bello Horizonte de Escazú y Vázquez de Coronado.
Así como vieron a Sara manejar un automóvil Toyota deportivo rojo y una Mercedes Benz.
Las autoridades le decomisaron en este casa donde se refugió el narco joyas que valían más de un millón de dólares como cadenas, anillos de oro, medallas con incrustaciones de brillantes, pulseras de oro y relojes de la marca Rolex; todos estos bienes se los regaló a su pareja.
El rechazo de la familia
En el expediente de 95 páginas, se estableció que:
“El Lic. Cossío Vidaurri considera que los motivos del secuestro son sentimentales porque su hija Sara se ha negado a tener amistad con Rafael Caro Quintero…
La investigación de inteligencia abundó que Rafael Caro Quintero se había comunicado al parecer de esta misma Ciudad con César Octavio Cossío Vidaurri, pidiéndole su anuencia para casarse con su hija, pero este se negó rotundamente a acceder a ello.
El político mexicano señaló públicamente que el narcotraficante secuestró a su familiar y negó que ella estuviera por amor con el delincuente.
Caro Quintero declaró que nunca se llevó a la fuerza a la joven tapatía, por lo que se ventiló que al momento de su detención en la finca California, la pareja estaba muy enamorada.
