En la constelación del emprendimiento digital, la estrella de Ramiro Cubria brilla con una luz singular, guiando a una nueva generación hacia el éxito empresarial. Con una historia que es a partes iguales odisea personal y epopeya profesional, Cubria se ha convertido en un faro para aquellos que buscan no solo iniciar una empresa, sino escalarla a alturas estratosféricas. Más que un emprendedor, Ramiro se ha erigido como un educador revolucionario, cuya aula se extiende más allá de las fronteras tradicionales, llegando a más de 500 alumnos a través de su plataforma de enseñanza digital.
Desde los pasillos del Instituto Tecnológico de Buenos Aires hasta las ondas digitales que conectan el mundo, la jornada de Cubria refleja una alquimia de resiliencia y visión estratégica. El salto de una carrera en administración y sistemas a convertirse en una sensación en plataformas sociales, acumulando 100.000 seguidores en tres meses, no es obra de la casualidad. Es el resultado de una autenticidad palpable y una pasión que resuena con la experiencia y aspiraciones de su audiencia.
“Conectar genuinamente con tu audiencia es el primer mandamiento en la biblia del contenido”, aconseja Ramiro. Este entendimiento profundo del pulso emocional de sus seguidores es lo que le ha permitido triunfar donde muchos fallan. Su estrategia no solo abarca la creación de contenido relevante sino también la anticipación de tendencias, un juego de ajedrez donde cada movimiento es calculado con precisión y creatividad.
‘Purple Mango’, la agencia que formó en colaboración se convirtió en el crisol donde sus habilidades y las de su equipo se fusionaron para ofrecer servicios especializados. La mentoría de grandes figuras empresariales en Argentina fue clave en este proceso. “Enfocarte en un nicho específico te convierte en un artesano de tu oficio”, dice Ramiro Cubria, y es este enfoque el que le permitió diferenciarse en un mercado saturado.
El trabajo con sus primeros socios es una cápsula del tiempo que encapsula la filosofía de Ramiro. No se trataba sólo de satisfacer las necesidades inmediatas, sino de construir una relación duradera, que se extiende a otros proyectos que generaron sus primeros 300.000 USD. “Cada cliente es una semilla; con el cuidado correcto, puede crecer y convertirse en un bosque que alberga futuras oportunidades”, comparte con una metáfora que habla de su visión a largo plazo.
Pero más allá de las empresas y las colaboraciones estratégicas, es en el ámbito de la educación donde Ramiro ha encontrado su verdadera vocación. Con una comunidad de aprendizaje que supera los 500 estudiantes, ha creado un movimiento educativo que trasciende el simple traspaso de información, transformando vidas a través de la enseñanza. Un ejemplo conmovedor es el de un ex empleado de McDonald ‘s que, tras pasar por la academia de Ramiro “High Income Skills”, ahora disfruta de un ingreso mensual de 3,000 dólares, una suma que refleja no solo un cambio de profesión, sino una metamorfosis vital.
Ramiro insiste en la importancia de la adaptabilidad y la educación continua en un mundo donde las empresas nacen y perecen al ritmo de los cambios tecnológicos. “La flexibilidad es tu armadura en la batalla del emprendimiento”, advierte, instando a sus alumnos a mantener una mente abierta y dispuesta a la evolución.
La red de contactos que cultivó durante su tiempo en Playa del Carmen es el testimonio de la importancia que Ramiro Cubria asigna al networking. “Tus conexiones son las raíces de tu emprendimiento. Cuanto más profundas y extensas, más fuerte será tu crecimiento”, asegura. Este tejido de relaciones fue lo que facilitó su transición y prosperidad en Dubai, un lugar que ahora sirve de base para sus ambiciones globales y donde está trabajando en su comunidad “Club de Negocios” donde cuenta con más de 500 alumnos e incontables testimonios de éxito por parte de ellos.
Ramiro Cubria no solo ha escalado las cimas del emprendimiento digital, sino que ha allanado el camino para que otros lo sigan, demostrando que el verdadero éxito se mide no solo por las metas alcanzadas, sino por las comunidades que se elevan junto a uno. En su academia, cada lección es una pieza de un rompecabezas más grande, donde la imagen final es un ecosistema de emprendedores educados, empoderados y listos para conquistar sus propios montes empresariales.