La inaudita historia de la Casa Nazi de Guadalajara

FB
TW
WA
Email
Telegram

Una veintena de esvásticas colocadas en la marquesina de una residencia de la colonia Moderna de Guadalajara ha sido el principal motivo para relacionarla con actividades del partido nazi.

En torno a esta vivienda, de estilo neoclásico, se ha forjado una leyenda urbana en la que se especula que la colocación de las esvásticas, símbolos  de la identidad del partido nazi, fue para honrar a Adolfo Hitler.

La leyenda cuenta que esta finca, ubicada en la calle Francia #1333, fue habitada por un alemán que colaboró con el partido nazi, pero que al terminar la Segunda Guerra Mundial huyó a México con su esposa e hijas y  se instaló en esta finca de Guadalajara.

El hombre habría ordenado colocar el símbolo del partido nazi para recordar el ideal político de ex canciller alemán.

También se ha dicho que en el interior dela finca se celebraban reuniones de simpatizantes de la ideología nazi.

Las esvásticas han sido utilizadas  en tiempos antiguos por las culturas egipcia e hindú y su significado es muy diferente a los que el Führer les otorgó como simbología del partido nazi.

Sin embrago esta casa fue construida en 1921, precisamente el año en que Adolfo Hitler fundó  y tomó el control del partido nazi.

La versión más creíble sobre la historia sobre la “Casa Svásticas” fue que en  año 1921 el empresario relojero Alfonso Bustos Michel le pidió a su hermana Guadalupe, arquitecta de profesión, construir la residencia.

En el proyecto inicial se contempló la colocación de las esvásticas para darle un sentido de unidad y grandeza a la nueva construcción.

Una diferencia entre las esvásticas de la casa y la del partido nazi es que estas últimas tienen de 30 a 45 grados de inclinación hacia la izquierda.

Una vez terminada la casa Alfonso Busto la utilizó  también para poner su negocio que por muchos años llevo el nombre de “La Casa del Relojero” que se dedicaba a la importación de maquinaria, refacciones.

Curiosamente las importaciones de relojería provenían principalmente de Alemania, Suiza, Francia y Estados Unidos.

En 1966 el propietario murió y heredó  la casa a su hija Yolanda Margarita Bustos.

A lo largo de las décadas cobró fuerza la leyenda sobre la “Casa de Hitler” hasta que en el año 2005 la finca abrió sus puertas al público como el restaurante La Mitotera.

En el año 2013 la residencia fue restaurada para conservar los trazos originales de su construcción. El concepto del restaurante es la promoción de las artes y el rescate de las tradiciones artesanales y gastronómicas de México.

 

 

FB
TW
WA
Email
Telegram
Notas relacionadas
Hoy en Unión Jalisco